Blogia
Treintañera con complejos

Gafas de sol

Gafas de sol Hoy salí a media mañana de casa olvidándome las gafas de sol. Estuve todo el día fuera. Los primeros minutos me sentí vulnerable ante el sol, caminando con los ojos semicerrados. Los fui abriendo poco a poco, hasta que mi retina se adaptó a tanta claridad, pero yo seguía sintiéndome vulnerable como si los rayos fueran a penetrar tanto en mi que podrían llegar a saber lo que estaba sintiendo, o pensando, o deseando.
El resto del día no volví a pensar en mis gafas, hasta que el sol se asomó, otra vez, de pronto.
Y es que, a veces, la felicidad es tan compleja que consiste en unas gafas de sol.

1 comentario

Susana -

Antes de ayer gafas de sol, y hoy paragüas...¡¡el tiempo está loco!!