Amor-Odio veraniego

Tengo una relación amor-odio con el verano.
Por un lado me encanta la playa, el sol (que estos días, desgraciadamente, en Gijón no nos acompaña), hay más espectáculos/conciertos/festejos, se sale más, la gente tiene días de vacaciones,... en fin, que normalmente mi alrededor está más relajado y por tanto, yo también.
Por otro lado odio el verano porque el trabajo me agobia el doble, hay menos noticias y te tienes que buscar la vida con temas absurdos y/o demasiado típicos como 20 libros que puedes leer este verano, 10 viajes que puedes hacer (pero no te puedes permitir, claro). Las vacaciones parecen estar cada vez más lejos (aunque sé que cada vez están más cerca) me preocupo más por mi peso, y, especialmente, odio el verano porque va a hacer un año que mi ex se fue de mi casa y es algo en lo que no me permito pensar pero en un día como el que se acerca tendré que hacerlo y me aterra la idea de recordarlo, aunque solo sea por un momento.